Parece que la meditación está de moda y se define como una manera de «desconectar» o «dejar la mente en blanco» y este concepto hace que para muchas personas resulte como algo muy difícil, casi imposible e incluso les causa ansiedad.
Meditar es precisamente CONECTAR con el ser que llevas dentro, tu ESENCIA. Es descubrir el YO que se esconde debajo de un montón de capas de todo aquello que no eres, detrás del personaje que has ido creando a lo largo de tu vida con tus creencias, tu educación, experiencias vividas…Detrás de esta coraza que has ido forjando para evitar sufrimiento, para complacer a los demás, para sentirte amada, respetada y acogida, se esconde tu verdadera esencia. El Ser maravilloso y poderoso que eres.
Para meditar cerramos los ojos para apagar todos los estímulos que percibimos a través de los sentidos. Siéntate en una postura cómoda y estable que te permita mantener el cuerpo con la columna erguida durante unos minutos o incluso puedes hacerla sentada en una silla o estirada boca arriba. En todos los casos es muy importante que la espalda esté bien derecha para que la energía fluya bien por todos los canales energéticos.
Inhalas por la nariz profundamente pero sin forzar y observa como el aire penetra por tus fosas nasales llevando el «prâna», la energía vital, a todo tu cuerpo llenando los pulmones. Ahora retienes el aire unos segundos, sin forzar, y exhalas muy lentamente por las fosas nasales. Exhalando te vacías de tus miedos, tus inquietudes, tus preocupaciones y angustias. Con cada inhalación te renuevas, vacías todo lo que no eres, todo lo que no quieres en tu vida. Siente con cada respiración cómo se va calmando tu mente, cómo se va apagando el ruido mental.
Cuando vengan los pensamientos, que vendrán, no luches contra ellos ni quieras reprimirlos o evitarlos. Deja que sucedan, que pasen por tu mente como si fueran nubes atravesando un cielo azul. Pero no te enganches, obsérvalos sin hacer nada. Tan sólo observa, y poco a poco se desvanecerán sin más. Focaliza tu respiración, enfócate allí, observando tu cuerpo físico y relajando cualquier tensión con cada exhalación. Se trata de hacer NADA. Sólo tienes que estar aquí, contigo, ahora, en el momento presente observando tu cuerpo, tu respiración y te vacías de todo lo que te sobra y te llenas de todo lo que te falta.